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lunes, 25 de mayo de 2015

ANTE LAS LLUVIAS, MEJOR IMPERMEABILIZAR

Cómo impermeabilizar tu casa

Paula Arias

| metros cúbicos

Los 0.76 metros de lluvia que en promedio caen cada mes en el país, de acuerdo con datos del Atlas Digital del Agua de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hacen imperioso proteger de posibles filtraciones hídricas a cualquier construcción.

"En el ramo de la construcción, los impermeabilizantes son un producto fundamental para el mantenimiento de las obras", explica Agustín Adame Solorio, director de investigaciones físico tecnológicas de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

La defensoría del consumidor periódicamente analiza y evalúa la calidad de los impermeabilizantes elastoméricos, tanto nacionales como importados, disponibles en el mercado mexicano.

Según las cifras históricas de la Conagua, entre los meses de junio y septiembre se registra 67% de la precipitación pluvial en el país. No obstante, el especialista advierte que a consecuencia del cambio climático "la temporada de lluvia ya no se da en los meses que solíamos conocer, por lo que no hay que esperar que éstas comiencen para impermeabilizar".

Si bien existen fórmulas 'caseras' para contrarrestar los efectos del agua sobre las lozas, que destacan por su bajo costo, Adame Solorio subraya que en el largo plazo resultan más costosas.

"Cuando entra el agua no sólo se afecta el techo, se afecta todo lo que tengamos dentro de la casa y obviamente el costo a pagar es mucho mayor", precisa el ingeniero.

Por ejemplo, el 'lechereado' es una mezcla de cemento con arena cernida y agua, y no requiere aplicación por parte de mano de obra especializada.

El enladrillado, consistente en colocar ladrillos de barro rojo recocido sobre los techos, muy común en los edificios coloniales mexicanos y europeos, tampoco es recomendable pues no resiste los movimientos o asentamientos que presentan las construcciones y se fisura.

Ahora, la oferta de impermeabilizantes incluye productos elastoméricos, acrílicos, cementosos, asfálticos y prefabricados.

Los elastoméricos y los acrílicos se utilizan principalmente en aplicaciones domésticas; mientras que los asfálticos y los prefabricados son empleados para superficies industriales como ductos y tuberías, además de techos. Los cementosos están diseñados para impermeabilizar muros, paredes y pisos.


Adame Solorio opina que los impermeabilizantes elastoméricos –elaborados a partir de resinas como las estiren-acrílicas– tienen una mayor durabilidad por la elasticidad que poseen.

"Cuando hablamos de productos elastoméricos nos referimos a que son aquellos que ya aplicados tienen cierto nivel de elasticidad, es decir, se dilatan con el sol, se contraen con el frío", explica Adame Solorio.

¿Impermeables?

Aunque el nombre de estos recubrimientos alude a que a través de ellos no pasa el agua, siempre hay una transferencia. 

Conocer el rendimiento del producto elegido es vital, porque si la permeabilidad es alta, el agua quedará atrapada entre la película de impermeabilizante y la superficie construida, y al no poder evaporarse buscará una salida hacia el interior que se busca proteger.

El Estudio de calidad de impermeabilizantes, realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco, muestra que 26.6% de los 15 productos elastoméricos evaluados sobrepasa el límite de permeabilidad que previó la NMX-C-ONNCCE-2010.

"Esto significa que dejarán pasar agua sin importar que su aplicación haya sido realizada de forma correcta", aclara el estudio que analiza aquellos impermeabilizantes elastoméricos "más representativos del mercado nacional" disponibles en tiendas especializadas y autoservicios del país, en su presentación básica de durabilidad de tres años (3A).

De la muestra analizada, sólo 13.3% obtuvo una calificación de 'excelente'; 33.3% obtuvo 'muy bien' y 26.6% 'bien'.

Como esponjas

El ingeniero Adame Solorio es enfático sobre la cantidad de agua que debe absorber un impermeabilizante. 

"Para cumplir con la normatividad, la absorción no puede ser mayor a 20%", dice el especialista.

No obstante, el estudio de calidad de la Profeco evidencia que 40% de las muestras evaluadas sobrepasa el límite máximo permitido de 29 a 200%. La consecuencia de esto es una degradación acelerada del recubrimiento, y por ende, la posibilidad de filtraciones.

Poco elásticos

En un impermeabilizante, la elasticidad es una característica clave para asegurar su buen desempeño. Esta cualidad favorece que se amolde a los movimientos naturales de las construcciones, en lugar de agrietarse y permitir el paso del agua.

"Un impermeabilizante no es una estructura rígida, es una estructura suave que permite los movimientos y que al mismo tiempo no se expande demasiado como para dejar entrar el agua", detalla Adame Solorio.

El estudio de la Profeco revela que con el envejecimiento del recubrimiento por el paso del tiempo y por su exposición a las condiciones climáticas, 40% de los impermeabilizantes pierden entre 12 y 72% de su capacidad de elongación, esto quiere decir, estirarse antes de romperse.


Esta cualidad cobra mayor relevancia en lugares con climas muy fríos, en los que lo conveniente es contar con un impermeabilizante flexible ya que si se registra un movimiento de contracción y/o expansión de la loza, este puede sufrir fracturas, grietas o la separación de sus capas, indica el experto de la Profeco.

De los productos analizados por el laboratorio de la Profeco, sólo 20% satisface el requisito de 'flexibilidad a baja temperatura'. 

Para evaluar el desempeño en temperaturas bajas, la defensoría del consumidor sometió las películas de cada producto a una temperatura de -10 ºC. Al transcurrir cuatro horas, las muestras se doblaron en ángulos de 180º para buscar fracturas, grietas o separación de capas.

Aplicación profesional

Ciertos fabricantes de recubrimientos ofrecen en sus productos una garantía que puede ser de tres, cinco, siete o diez años.

Para hacer efectiva esta garantía, es preciso comprobar que la aplicación del producto fue correcta, por lo que se recomienda delegar la responsabilidad de su aplicación a un especialista, en especial si se trata de recubrimientos asfálticos o prefabricados, y de aplicaciones industriales que incluyan la impermeabilización de tubos y ductos, no sólo de techumbres.


Por ejemplo, la presentación de los prefabricados no es líquida, sino en rollo y su adhesión a la superficie requiere la aplicación de fuego.


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